Empecemos por lo básico, ¿qué es el alumbrado público? Como te habrás imaginado, este sistema es el que permite que tengamos luz en las ciudades cuando es de noche. Obvio, ¿no? Técnicamente, consiste en el servicio público que alumbra las vías públicas, parques y otros espacios de libre circulación que no son propiedad privada ni están a cargo de ninguna persona jurídica o natural.
El objetivo principal es proporcionar a los habitantes de una ciudad o municipio la visibilidad adecuada para que puedan desarrollar sus actividades con naturalidad durante las horas nocturnas.
¿Quién se encarga de la gestión del alumbrado público?
Normalmente el alumbrado público es un servicio municipal, por lo que suele estar a cargo del ayuntamiento y los diferentes organismos públicos pertinentes la gestión energética de este sistema de luz nocturna.
No obstante, los ayuntamientos pueden delegar estas gestiones a empresas privadas especializadas en la materia con las que establezcan acuerdos de colaboración, siempre bajo la supervisión del organismo público para evitar cualquier tipo de incidencia o irregularidad.
¿Cómo se gestiona un sistema de alumbrado público en una ciudad?
Son muchos los factores que hay que tener en cuenta a la hora de gestionar el sistema de alumbrado en las ciudades: el análisis de las instalaciones, la evaluación de las medidas de mejora, la financiación del proyecto de servicios energéticos, la implantación de las medidas de mejora, explotación y mantenimiento, seguimiento del ahorro enerégico…
Es importante que todo siga estrictamente la normativa vigente y el reglamento de eficiencia energética de la Comisión Europea. De lo contrario, esto puede acarrear al ayuntamiento de la ciudad multas o sanciones cuantiosas.
También es fundamental tener un control absoluto sobre el correcto funcionamiento de todos los puntos de luz en la ciudad o municipio. Para ello numerosas empresas especializadas en la materia, como Suiphos, han desarrollado sistemas de gestión de trabajo y ahorro energético, registrando todos los puntos de luz de una ciudad para la administración del inventario, órdenes de trabajo, configuración de activos, telegestión y todo lo relacionado con la gestión energética.
Las interfaces de estas herramientas de control y aplicaciones son muy visuales e intuitivas. Por ejemplo, podemos visualizar mapas interactivos con todos los puntos de luz de un municipio y establecer una escala de color (rojo o verde, por ejemplo), en función de su funcionamiento. En el momento que los puntos verdes se vuelven rojos, esto permite saber a la persona al mando que hay un problema o un apagón, y mediante esta herramienta de gestión de usuarios, enviar inmediatamente al operativo más cercano para resolver la incidencia.